LOS PECES DE MATISSE
Hoy desperté viendo el horizonte: EL MAR, pero mi cabeza no para de dar vueltas, inquieta como un pez. Encontré la raíz de la inquietud en el tiempo. Esto que no controlo y que cada día que pasa pienso más que es una ilusión. Ayer parecían siglos, hoy parece una eternidad, mañana el vacío, un segundo la vida y la vida ya se pasó volando….. el tiempo que dicen que lo cura todo pero la verdad es que todo se cura con amor propio. El tiempo tampoco tiene la razón pero bueno…. démosle chance de ponerse esa medallita. Para todo esto encontré la quietud en una pintura de Matisse y en esa pintura en una pecera y en esa pecera en unos peces y en esos peces en un movimiento sincronizado…..
Me clavé con la sorpresa de que Matisse pintó muchas veces, en TIEMPOS DIFERENTES de su vida estos peces de oro dando vueltas en una pecera. Resulta que en su viaje a Marruecos el observó:
“He observed Moroccans’ slow and mindful lifestyle. He often portrayed them daydreaming or meditating while peering into goldfish bowls, fascinated by how they contemplated and enjoyed seemingly mundane elements of their reality.”
Matisse escribió:
(…) an art of balance, of purity and serenity, devoid of troubling or depressing subject matter, an art that could be […] a soothing, calming influence on the mind, something like a good armchair that provides relaxation from fatigue.
Henri Matisse, Notes d’un peintre, 1908.
Definitivamente, el arte, el crear, es un medio para encontrar nuestra espiritualidad. Esto es algo que consigo en mi práctica pero que aún me queda mucho, muchísimo por profundizar. Definitivamente integraré los peces en algunas de mis ilustraciones.